Algunos de mis textos

LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA

Magdalena Urueta López
12 abril 2012
13 noviembre 2017 (corregido y aumentado)
  
Cuando conoces a alguien, lo primero que le preguntas es su nombre, si trabaja o estudia, cuáles son sus gustos, pasatiempos, si tiene facebook, lo que pretendes con eso es saber de su vida y por lo tanto sus antecedentes, es decir su historial, currículo de vida, amistades, etc. Si eres mujer y tienes novio, te interesa saber si ha tenido novia, cuántas antes de ti y si las ha querido mucho y al pasar el tiempo preguntarás si ha querido a alguien más que a ti; si te recomiendan a un médico preguntas sobre su efectividad para ver si te conviene… ¿leíste bien lo que acabo de escribir?… ¿me dirás que miento? ...dime por qué quieres saber todo eso, por qué te importa su historia, si ésta no sirve para nada… ¿verdad que sí sirve, que sí te interesa? Porque la Historia te permite decidir e incluso a lo largo de los siglos ha llegado a ser justificante de privilegios, de actitudes y de razones para muchas personas, e igual lo es para cada persona.

Lo que sucede con los individuos, sucede con la colectividad, se manejan por la misma cultura e ideología a la que pertenecen, si a alguien en el exterior del país le dices que eres mexicano, él “ya sabe un poco quién eres”, a veces existen prejuicios y se hacen generalizaciones, corriendo peligro de llegar a un mal diagnóstico, pero aún así, queremos saber.

Si serás ingeniero civil no inventarás las herramientas, ni materiales de construcción que ya existen, porque partes de su invención que llevó siglos en los avances y descubrimientos, en ensayos, errores y aciertos para dar origen a nuevos inventos, porque si crees que serás ingeniero y no estudiarás Historia, estás tan equivocado, igual que el que se vaya a dedicar a cualquier ciencia llamada exacta y decida no tener nada que ver con la Historia de lo que estudia. ¡Lo siento!, siempre estudiarás Historia y te preguntarás sobre ella, investigarás antecedentes de cualquier asunto toda tu vida o de lo contrario serás parte de esos pocos que creen que pueden partir de cero y se equivocarán como muchos que no conocen la Historia de lo que estudian y se retrasan por esa vanidad y soberbia.

Hasta los animales tienen Historia y aprenden de ella, la historia evolutiva se queda en sus genes, igual sucede con nosotros; guardamos códigos por instinto pero también aprendemos de nuestros padres, hermanos, amigos, maestros, de la gente que viaja en el mismo transporte, estamos receptivos con nuestros cinco sentidos y un sexto… al que podemos llamar percepción, intuición o instinto.

Para los historiadores no existe una sola Historia, existen tantas historias como individuos, como naciones, regiones, clases sociales, ideologías, tiempos… porque la interpretación que cada ser humano da a los acontecimientos es válida en la medida de sus propias circunstancias e intereses; sin embargo nosotros los historiadores tenemos un compromiso social, el de buscar la verdad, el tratar de ser objetivos, el de no juzgar, sino comprender y explicar.

La intención del Historiador profesional es buena, busca todos los documentos posibles y a su alcance para comparar fuentes de información y presentar una interpretación lo más objetiva y cercana a la realidad posible, ese es su compromiso social y personal… no te acerques a la historia oficial, muchas veces tiene intenciones políticas, tampoco te quedes con la primera historia que te encuentres, profundiza y si puedes busca fuentes primarias y directas que no hayan sido interpretadas ya.


El hombre es un ser histórico por naturaleza, ¡sé natural!


HISTORIA Y REFLEXIONES ACERCA DE LA PENA DE MUERTE
Magdalena Urueta López, 2002

La pena de muerte es un castigo que se ha utilizado a lo largo de la historia, en todas las culturas y en todos los tiempos y se ha aplicado a los considerados delitos más graves, entre los que se cuentan: la traición a la patria, homicidio, robo, violación, embriaguez, incesto, adulterio, herejía, enemigos políticos, etc. En los tiempos más antiguos el objetivo de su aplicación era el de imponer mayor sufrimiento al delincuente condenado.

Las formas de ejecución han sido muy variadas y van desde la lapidación a la rueda, el garrote, la hoguera, el descuartizamiento, la horca, la silla eléctrica y la inyección letal, entre otras, porque el objetivo ha sido terminar con la vida de un ser atroz, anormal y despiadado que no puede convivir en sociedad. En el mundo actual se considera una pena utilizada por los países no civilizados, pues es incapaz de acabar con el crimen; más bien, lo único que hace, dicen, es eliminar delincuentes.

En 1997 eran 35 países los que habían abolido la pena de muerte por todos los crímenes; 18 la han abolido en delitos del fuero común; 27 países no la han abolido, pero tampoco la han aplicado en los últimos 10 años. Suman así, 80 países que han repudiado la pena de muerte, mientras que un centenar de ellos todavía subsiste.[1]

La pena de muerte puede ser objeto de estudio desde diferentes luces del conocimiento, sin embargo, entre las que tienen la obligación de hacerlo están: la jurisprudencia, la filosofía y la psicología.

Es un tema complejo de entender porque la dualidad del ser humano no permite llegar a un acuerdo y por eso el enfrentamiento actual entre el sí y el no. Mi pretensión aquí, no es dar línea a una u otra opinión, sino presentar algunos hechos y opiniones que inviten a reflexionar al respecto.

Quiero comenzar con la cita de un fragmento de Víctor Hugo escrito en su libro Último día de un condenado a muerte:

Llegan al sitio de la ejecución; el verdugo toma al sentenciado de manos del sacerdote, lo arrastra hacia el sitio fatal, lo entorna, según dice el caló de los presidiarios, y suelta el tajo. El rudo triángulo se levanta pesadamente, cae dando vueltas y hiere al reo sin matarlo. El infeliz exhala un grito horroroso. Desconcertado el verdugo, vuelve a levantar la cuchilla y déjala caer otra vez sobre el infeliz condenado; pero ésta muerde nuevamente su cuello sin cortarlo.

La víctima aúlla y el pueblo hace lo mismo. El ejecutor de la justicia levanta por tercera vez la cuchilla creyendo que dará el golpe decisivo; pero se engaña: a semejanza de las otras dos veces hace brotar nada más que un poco de sangre del cuello del desgraciado. Seamos breves. Cinco veces seguidas la cuchilla traza una línea blanca y refulgente en el aire, y otras tantas cae sin matar a la víctima. Cinco veces un ¡ay! desgarrador se escapó de sus labios y cinco veces sacudió con delirio su cabeza gritando: ¡Misericordia! Indignados los que presenciaron tan horrible espectáculo, empezaron a apedrear al verdugo. Este dejó con presteza la guillotina y se escondió tras los caballos de los gendarmes.

Pero esto no es todo. El reo, viéndose solo en el cadalso, adelanta sobre el mismo y trémulo, pálido, espantoso, teñido con su propia sangre y casi sin fuerzas para sostener la cabeza medio cortada que aún descansa sobre sus hombros, pide socorro con voz ahogada. La muchedumbre se disponía a atacar a los gendarmes y ayudar al desdichado que sufría no una, sino cinco penas de muerte, cuando un ayudante del verdugo, mozo de veinte años, sube al patíbulo, le dice que se vuelva para desatarle y entonces, aprovechando la postura del infeliz que se entrega a él sin recelo, se encarama en sus hombros y le acaba de segar el cuello con su cuchillo.

Sin embargo si me quedo con esta descripción les estaría dando motivos para un no a la pena de muerte y como mi intención no es inclinar la balanza, les presento otro texto, este es un caso sucedido en la ciudad de México en el año 2000:
En el mes de enero del presente año, un individuo entró a robar a una casa de conocidos suyos y al ser descubierto por la abuela, forcejeó con ella y la acuchilló. El nieto, un niño de seis años, viendo que maltrataban a su abuelita, con toda la fuerza que su impotencia le daba se enfrentó al criminal tan solo para caer casi de inmediato en un charco de sangre. Desafortunadamente, no termina con esto la narración de la masacre. Como movido por la indignación y por un oscuro presentimiento, otro nieto de la anciana, un niño de seis meses esta vez, se puso a llorar en su cuna y allí, en su cuna, le cortaron la yugular. El asesino fue capturado a los pocos días y muy probablemente reciba una condena de unos 25 a 30 años de cárcel. En vista de los progresos de nuestro sistema penitenciario, con un poco de buena conducta y quizá alguno que otro aliciente subterráneo, el criminal podría recuperar su libertad en unos 15 o 18 años.

Descripciones como la anterior abundan en la historia de la humanidad y las hay peores, las encontramos en los periódicos amarillistas, en los noticiarios policiales, en las caricaturas de Bart Simpson (Tom y Dally), en las películas que ganan premios internacionales, rompiendo record de taquilla y obviamente sigue vendiendo porque hay quien se alimenta de ese morbo en nuestros días y muchos de ustedes estarán aquí por eso. Díganme ¿dónde esta la civilización de la que nos ufanamos?, ...¡no existe!

Al principio de la historia la pena fue el impulso de la defensa o de la venganza, la consecuencia de un ataque injusto. Y actualmente es el medio con el que cuenta el estado para preservar la estabilidad social y conservar el orden jurídico. La pena es un mal que se impone al delincuente, es un castigo para expresar la reprobación social al delito cometido, es el medio que responde a la justicia.

La pena de muerte es la más rigurosa de todas las penas o castigos; consiste en quitar la vida a un condenado mediante los procedimientos y órganos de ejecución establecidos por el orden jurídico que la instituye, es la privación de la vida o supresión radical de los delincuentes que se considera que son incorregibles y altamente peligrosos.

Son muchas las razones que se nos presentan para dar un NO a la pena de muerte y sin  embargo se les puede discutir:

* Por ejemplo: existen datos estadísticos en Estados Unidos, donde se aplica la pena de muerte y sin embargo el índice de criminalidad es más grande que en varias naciones europeas donde no existe. (Sólo habría que comentar que en Europa se ha alcanzado un grado de suficiente cultura para no precisar de la aplicación de esta pena). El jurista Eugenio Cuello considera que la pena de muerte “carece de eficacia intimidativa especialmente para ciertos criminales, para los asesinos caracterizados por su insensibilidad moral, para los criminales profesionales, para quienes la última pena es una especie de riesgo profesional que no les espanta, para los apasionados o fanáticos que delinquen por móviles políticos o sociales.”[2] Y en algunos casos ha promovido la glorificación y/o heroicidad a algunos de los que se les ha aplicado (Jesucristo, Juana de Arco y Sócrates).

* La cárcel perpetua puede sustituir a la pena de muerte con enormes ventajas, porque el reo puede ser mejorado y en cierta forma limpiado antes de pensar en su liberación. Lo que aquí se discute es la realidad de nuestro sistema carcelario, que independientemente de que cuesta mucho a quienes pagamos impuestos y tenemos que mantenerlos sin ninguna garantía de que hayan mejorado al salir; sabemos que se les ha calificado de “escuelas del crimen”, la psicóloga Elvia González que ha trabajado ahí, las califica de sistema absolutamente blando; los pueden ir a visitar todos los días, tienen visita conyugal, comen en el comedor con sus visitantes, no trabajan, aprenden y se depuran en sus especialidades y se matan entre sí y corrompen a los que pudieran ser rescatables.

* La pena de muerte ejecutada no es irreversible, sino que destruye las raíces de una posterior investigación procesal y estorba un nuevo examen de los hechos. El error judicial equivale a un homicidio judicial por imprudencia.

* El derecho a la vida es natural e inviolable, es uno de los valores primordiales a defender y no cabe matar personas que matan personas para mostrar que es malo matar personas. Aunque aquí se podría discutir[3] que el valor de la Vida Humana es diferente al valor de la vida de un humano específico, porque la vida de un individuo puede incrementarse, por lo tanto también disminuirse o perderse según las acciones de la vida de cada uno. Por ejemplo, nadie querría ser comparado con un ser que ahoga a un niño de dos años, sólo para poder vender los ojos; ese no es un ser humano, ha perdido su valor como tal con sus propios actos. Así, al atentar contra su vida no se atenta contra una vida que se pueda calificar de humana y menos decir que es algo valioso.


Nuestra Constitución establece en su art. 22 que: Quedan prohibidas las penas de mutilación y de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentes... Queda también prohibida la pena de muerte por delitos políticos, y en cuanto a los demás, solo podrá imponerse al traidor a la patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación y ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata y a los reos de delitos graves del orden militar. Existen iniciativas de ley que pretenden reformar esta anacronía, no sólo en delitos, pues está claro que desde hace más de 45 años no se ha aplicado esta pena en nuestro país.

Con este articulo, se apoya a su vez el art. 3º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) que establece que: Todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad de su persona. Este artículo es muy claro y se interpreta fácilmente que todo individuo tiene derecho a la vida, lo cual implica un principio de equilibrio universal, es decir, que también, todo individuo debe respetar el derecho que todo individuo tiene a la vida, pero cuando un delincuente rompe este equilibrio privando de la vida a un semejante y consecuentemente privándole de sus demás derechos, ese mismo individuo está renunciando a sus propio derecho a la vida. Por lo anterior, la pena de muerte no puede considerarse una violación a los derechos humanos, concretamente al derecho a la vida de un individuo que primeramente ha roto el equilibrio existente entre aquel y éste.

El asunto aquí parece de orden jurídico enfrentado al moral y filosófico, incluso religioso, que a la sazón, acerca del asunto dicta específicamente en la Constitución Apostólica Fidei Depositum, expedida por su Santidad, lo siguiente: “La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave para que el responsable de la vida de otro, del bien común, de la familia o de la sociedad la defienda. La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio. Por este motivo, la enseñanza tradicional de la iglesia ha reconocido el justo fundamento de derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir en casos de extrema gravedad el recurso a la pena de muerte. Por motivos análogos, quienes poseen la autoridad tienen el derecho de rechazar por medio de las armas a los agresores de la sociedad que tienen a su cargo”.

Quisiera concluir que el fin primordial de esta pena es la eliminación de los sujetos incorregibles y excepcionalmente peligrosos y que han existido personalidades a favor de ella, como Platón, quien  justificó la pena de muerte como medio político para eliminar de la sociedad a un elemento nocivo y pernicioso porque “aquellos cuyo cuerpo está mal constituido, se les dejará morir y se castigará con la muerte, a aquellos otros cuya alma sea naturalmente mala e incorregible. Es lo mejor que puede hacerse por ellos y por el Estado”.  O Santo Tomas de Aquino, por su parte, sostiene que “todo poder correctivo y sancionario proviene de Dios, quien lo delega a la sociedad de hombres; por lo cual el poder público está facultado como representante divino, para imponer toda clase de sanciones jurídicas debidamente instituidas con el objeto de defender la salud de la sociedad. De la misma manera que es conveniente y lícito amputar un miembro putrefacto para salvar la salud del resto del cuerpo, de la misma manera lo es también eliminar al criminal pervertido mediante la pena de muerte para salvar al resto de la sociedad”.

 Actualmente el Estado se preocupa por mantener el equilibrio en la sociedad, pero también en proteger la vida humana, inclusive la del delincuente. Tiene la obligación de abocarse a prevenir el delito, a mejorar la prosecución de los mismos y sobre todo a acabar con la impunidad o de lo contrario dar total satisfacción a las víctimas del delito; a la mujer que ha sido violada y vive el resto de su vida con temor y desconfianza; a los padres de un menor abusado que lleva no sólo a la víctima, sino a toda la familia a un derrumbe moral. A las víctimas de secuestro, acción que genera angustia alrededor de todos los conocidos del secuestrado; a los padres que han vivido el infierno porque les han robado a su bebé, imaginando mil atrocidades, viviendo la angustia y la desesperanza cada día.

Afortunadamente estoy aquí como historiadora y mi único compromiso es tratar de presentar los hechos lo más objetivamente posible y las diversas opiniones existentes ante la pena de muerte. Al filósofo le corresponde razonarlo, al abogado juzgarlo, al psicólogo entenderlo y explicarlo... yo, yo me lavo las manos.

  
Magdalena Urueta López
viernes 1º de marzo de 2002



[1] Basave Fernández del Valle, Agustín, Meditación sobre la pena de muerte, México, Fondo de Cultura Económica, 1997, p. 96
[2] Basave, Op.cit.: p.25.
[3] Tomasini Bassols, Alejandro, Pena capital: una revaluación en Dilemas morales de la sociedad contemporánea I, México, Torres Asociados, 2000: p.14


 Soberanía en la Dependencia

Profa. Magdalena Urueta López

Cuando buscamos que quede claro el discurso, es preciso especificar nuestros conceptos de las palabras utilizadas, porque es bien sabido que en el ámbito de la Historia, los historiadores tenemos conceptos particulares de palabras que se utilizan en las diferentes esferas de las ciencias sociales. He considerado que para hablar de Dependencia, debo hablar de Independencia y para hablar de ésta debo especificar lo que es Soberanía.

Soberanía es la capacidad de decidir y mandar, fundamentándonos en la legitimidad, con el propósito de asegurar y proteger nuestras vidas y propiedades. En el caso de una República democrática, como la nuestra, este poder recae en el pueblo, que definido por Montesquieu, es la totalidad de individuos que conforman una sociedad, estos tienen sus propios intereses particulares pero al participar en una Asamblea, buscan lograr el interés común para denominarla entonces voluntad general, la cual se cumplirá a través de gobernantes elegidos por el pueblo.

A lo largo de la Historia podemos encontrar diferentes concepciones de Soberanía, en la Edad Media y el Renacimiento se consideró al rey el soberano depositario del poder. Sabemos que fueron los filósofos ilustrados quienes buscaron una nueva definición y dieron origen a la idea actual de Soberanía, la cual alimentó el intelecto e ideología de nuestros criollos independentistas. Ligado a Soberanía está el concepto de Nación, la nación se construye cuando los hombres se dan una ley y un gobierno común y es entonces la nación la que detenta la soberanía.

Esto fue lo que procuró nuestro movimiento de Independencia, pretendía  múltiples cosas: la independencia de la metrópoli, la lucha por la soberanía y la formación de un Estado-Nación que reivindicara las demandas populares. Aunque pensemos bien que al ser los criollos los independentistas, los intereses que perseguían eran específicamente los que beneficiarían a su clase social, serán ellos los que lleguen al poder, los que detenten la soberanía.

La situación de nuestro país después de lograda la independencia política, como muy bien nos expresa el maestro Luis González, era desastrosa en muchos sentidos. La población se había visto disminuida a la mitad de los que estaban en edad de trabajar, además de escasa la población se apretujaba para vivir en el centro del país, la producción minera se redujo a la quinta parte de lo que había producido hacia 1810, El valor de la producción agrícola se redujo a la mitad y la industria a un tercio. En 1822 los ingresos del erario no eran suficientes para los gastos públicos y agreguemos la deuda heredada de 76 millones de pesos. La hacienda pública, como era de esperarse, cayó en manos de prestamistas agiotistas. Se expulsó a los españoles peninsulares y se llevaron consigo sus fortunas y sobretodo su experiencia en gobernar. Los criollos no tenían práctica en la administración pública, los pequeños caudillos querían ser reyezuelos en sus regiones y los grandes caudillos aspiraban hasta a la presidencia - Agustín de Iturbide - .

Comenzó la lucha de partidos políticos influidos por las masonerías extranjeras y la gran masa de la población tenía total y absoluto desinterés político. Los indígenas se quedaron indefensos ante los criollos pues estaban acostumbrados a la tutela y desconocían totalmente los derechos naturales que tanto defendían los criollos. Las condiciones laborales de los artesanos y peones empeoraron, los latifundios crecieron a costa de los terrenos de comunidades indígenas. En resumen, la igualdad jurídica provocó desigualdad social.

Lograda la Independencia, y durante todo el dificilísimo siglo XIX, nuestra nación experimentó el imperialismo, el poder de la Iglesia como controladora, la búsqueda de gobiernos entre ideologías centralista o federalista, monarcas europeos, dictaduras, gobiernos militares, desunión frente a las invasiones extranjeras, Llegado el siglo XX, siguieron los presidentes militares y el PRI que se perpetuó desde 1927 hasta 2000, … ningún gobierno ha funcionado o ¿será que nuestra cultura es la que no funciona?

     Logramos alcanzar una Independencia política que se nos escapó, porque lamentablemente no nos dedicamos a conseguir inmediatamente, como lo aconsejaría el “Che” Guevara, la independencia económica, pues cuando esto no sucede, esta se va debilitando poco a poco hasta que se pierde la otra Independencia.

     “Soberanía nacional significa, primero el derecho que tiene un país a que nadie se inmiscuya en su vida, el derecho que tiene un pueblo a darse el gobierno y el modo de vida que mejor le convenga, eso depende de su voluntad y solamente ese pueblo es el que puede determinar si un gobierno cambia o no. Pero todos estos conceptos de soberanía política, de soberanía nacional son ficticios si al lado de ellos no está la independencia económica… Si no hay economía propia, si se está penetrado por un capital extranjero, no se puede estar libre de la tutela del país del cual se depende, ni mucho menos se puede hacer la voluntad de ese país si choca con los grandes intereses de aquel otro que la domina económicamente”[1]

     En vista de lo cual, nuestra situación actual dista mucho de esa Soberanía del pueblo, de las mayorías, de nuestras voluntades e intereses. Ante nuestros ojos se extiende el temor por la desobediencia a las grandes potencias económicas, no hace falta experimentarlo para darnos cuenta de lo que nos puede pasar, pues ya hemos visto lo que son capaces de hacer las grandes potencias, las poseedoras de las armas nucleares, las armas bacteriológicas, sabemos como funciona el terrorismo, el manejo y mal uso de los medios masivos de comunicación, y como exigen los dueños del banco mundial cuando una nación se atreve a desobedecer los intereses de los detentadores del poder económico en el mundo.

     Estados Unidos y la Unión Europea nos exigen hoy que seamos demócratas si queremos pertenecer a su círculo íntimo comercial, cultural y político, por eso en México pagamos para perecerlo. No existe una cultura democrática real, la deshonestidad de los políticos mexicanos nos muestra la falta casi absoluta de ética profesional, dudamos de que nuestro gobierno sea “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. No tenemos calidad política y mucho menos existe la eficiencia administrativa en ningún nivel, ya sea municipio, estado, federación ni en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. No tenemos permiso, ni suficientes capacidades para ejercer nuestra soberanía.

A mi, personalmente me da vergüenza que conozcan nuestra “política” porque es cínica, sucia, sirve a intereses particulares, se protege a quien no lo merece y el pueblo pueblo sigue trabajando con cada vez menos posibilidades de avanzar y nos desesperamos y desesperanzamos. Como historiadora tengo un compromiso: ser objetiva en la medida de lo posible, presentar y analizar hechos históricos que me lleven a entender la situación actual y a partir de ello iniciar un plan de solución factible, pero ¿cuando nos toman en cuenta a los historiadores? si somos “letra muerta” a decir de los más ignorantes.

Es verdad que hay que buscar la independencia económica para obtener una real soberanía política, pero actualmente ningún país está aislado del resto del planeta, sobre todo por la rapidez del contacto a través de los Medios Masivos de Comunicación, los cuales tienen la inmensa posibilidad de la manipulación de la información o desinformación, son estos medios los que han servido por ejemplo a George Bush para su política del terror, ha logrado extender el pánico entre su comunidad, para que estos estén dispuestos a perder algunos de sus derechos en favor de una tranquilidad momentánea. Quien tiene estos medios, tiene el más grande y poderoso monopolio del planeta, el monopolio de monopolios.

Existe un país del sueño americano, Estados Unidos
Existe un país de Utopía, Cuba[2]
Existe un país surrealista, México,

… aquí la vida se vive como real cuando es un sueño y parece sueño cuando es realidad. Es el país de hacer que hacemos, sin hacer. ¿Por qué no intentamos salir del sueño? –casi pesadilla- y comenzamos por plantear realidades, ¿por que tú que eres estudiante no estudias para aprender?, ¿tu que eres maestro no te preocupa enseñar?, ¿tu que gobiernas no tomas en serio tus obligaciones?... a donde quiera que volteo está la desidia, el pretexto, el “luego”, “ahí se va”, “más o menos”, “ahorita”,… y nunca hacemos bien lo que debemos, cuando debemos y como debemos.

Lo he dicho muchas veces porque lo creo, hoy lo repito porque aún tengo fe. Si queremos un México mejor, no esperemos a que lo hagan los demás, hagámoslo bien en nuestra propia vida, en nuestra actividad cotidiana y todo lo que toquemos de ahí en adelante será más justo, será mejor. Estamos aprendiendo a exigir nuestros derechos, debemos poner el mismo entusiasmo para asumir nuestras responsabilidades, para salir adelante por nuestro propio esfuerzo y disciplina y dejar a un lado los pretextos y las excusas porque este país MÉXICO merece una vida mejor.
México D. F. a 22 de septiembre de 2004



[1] Guevara, Ernesto “Ché”, Soberanía política e Independencia económica,Conferencia inaugural del programa de TV Universidad Popular, 20 de marzo de 1960.
[2] Guevara, Ernesto “Ché”, op. Cit. “Independiente será Cuba cuando haya desarrollado todos sus medios, todas sus riquezas naturales y cuando haya asegurado mediante tratados, mediante comercio con todo el mundo, que no pueda haber acción unilateral de ninguna potencia extranjera que le impida mantener su ritmo de producción y mantener todas sus fábricas y todo su campo produciendo al máximo posible dentro de la planificación que estamos llevando a cabo.”



 Los Valores en la relación alumno-profesor
Lic. Magdalena Urueta López, 2005

El tema de este encuentro parece a simple vista algo sencillo para reflexionar, pero la mayor parte, si no es que todos los que estamos aquí presentes, sabemos de sobra que es un tema difícil de tratar por la complejidad de la información y análisis que conlleva. Es la actividad que ocupa nuestro tiempo profesional, por ello a través de éste escrito quiero respetuosa y humildemente presentar algunas reflexiones que de un tiempo a esta parte he tenido acerca de lo que es y lo que debe ser mi labor como docente de esta Universidad, no sólo como compromiso personal sino también porque así lo marca nuestra Legislación.

            Entre nosotros se encuentran profesores que han dedicado sus estudios de especialización a la enseñanza de la Historia y quizá ellos pudieran darnos mejor luz al respecto de lo que son los valores en la enseñanza y el aprendizaje de la Historia. He visto algunos cursos que al respecto de valores se imparten, pero debo confesar que ninguno he tenido la oportunidad de tomar y por ello este trabajo pudiera adolecer de infaustos errores apreciativos.

            Cuando inicié este escrito me pregunté sobre los valores en general y llegué a la conclusión de que sería difícil definirlos, sobre todo porque sabemos que los valores son históricos, con esto quiero decir que tienen un espacio y un tiempo específicos, que los valores evolucionan según los intereses sociales y culturales. Que lo que hoy puede considerarse un valor, antaño pudo haber sido un antivalor y viceversa.

            Por ejemplo, los valores que promulgó el cristianismo se refieren a la compasión, bondad, humildad, ascetismo, modestia, abnegación; valores que según Nietzsche producen hombres sumisos, débiles e incapaces para el libre desarrollo. Pero los valores de hoy no son mejores, pues la globalización promueve valores de mercado en todos los ámbitos sociales, como son: competencia, eficiencia, productividad y calidad, que suenan muy bien, pero lo que fomentan es egoísmo, codicia y mezquindad. Estos mismos valores se pretenden aplicar a la educación y muchas veces nos llevan a vivir situaciones molestas, un ejemplo de ellas que asocio inmediatamente, es la que se refiere al avance programático que tuvimos que llenar el primer periodo de este ciclo escolar, y que particularmente pienso no nos hace mejores profesores.

Los valores tienen mucho que ver con la moral, confrontan lo que se es con lo que se debe ser y caen en el terreno de la filosofía o la religión, por lo tanto también son personales, no sólo colectivos. ¡Qué labor tan difícil nos ha tocado como profesores de adolescentes!, una edad donde comienzan a tomar las grandes decisiones, a formarse de manera más lúcida. Debemos estar conscientes el mayor tiempo posible acerca de esta gran responsabilidad. Por ello, me di a la tarea de buscar el significado de la palabra valor, porque sabemos que el plural no aparece en los diccionarios. Como es obvio, me encontré con muchos y variados significados de la palabra, pero nada que me diera luz sobre la realidad del vocablo VALORES.

            Leyendo aquí y allá, complementé una definición: Los valores son caminos y formas de actuar que tenemos los seres humanos en nuestras prácticas cotidianas y nos permiten vivir en equilibrio con la sociedad a la que pertenecemos. De estos valores dependen los resultados positivos o negativos que podemos obtener de forma individual o colectiva en nuestros objetivos a alcanzar.

            La lista de valores es extensa, aquí quisiera mencionar algunos que se me ocurrieron como vigentes: patriotismo, respeto, solidaridad, amistad, tolerancia, valentía, generosidad, orden, responsabilidad, resistencia, autenticidad, honestidad, perseverancia, lealtad, sinceridad, etc. Los especialistas inclusive los han ordenado por categorías de objetivo e importancia.

            Ahora bien, hay otras preguntas que debemos hacernos al respecto: ¿dónde?, ¿cómo? y ¿cuándo se aprenden estos valores? En nuestra cultura se aprenden principalmente con la familia, la sociedad y la escuela, sin menospreciar el importantísimo papel que juegan los medios masivos de comunicación a que estamos expuestos.

            A decir del maestro Fernando Savater es en la escuela donde se puede llevar un poco de control en la educación, porque

no podemos controlar quién es padre, quién es madre o qué dicen en casa los niños; por lo visto tampoco se pueden controlar los medios de información, ni se puede controlar nada.” [1]

            Los valores no se aprenden únicamente con discursos y teoría, hace falta la experiencia personal no sólo de cada uno de nosotros, sino de los modelos que seguimos y aquí es donde reside buena parte de nuestro papel y responsabilidad como maestros. Sabemos que desde el primer día que nos presentamos ante nuestros alumnos, ellos no se pierden esa clase porque es el día que van a “medir y a calificar” a sus maestros para actuar en consecuencia. Ese día al salir de nuestra clase, ellos se expresaran de nosotros con diversas palabras que pueden o no describirnos como en verdad somos. Pero esto no es lo que debe preocuparnos, sino lo que les dejaremos al final del año escolar, eso que permanecerá con ellos el resto de sus vidas.
           
Los profesores enseñamos conocimientos curriculares, pero además transmitimos todos los días lo que se ha llamado currículo oculto y es ahí donde residen los valores, ámbito en el que no podemos ser neutrales y donde muchas veces somos modelo para los alumnos.

En el caso particular del profesor de Historia, somos depositarios de valores muy importantes para la colectividad, tales como la solidaridad, patriotismo, democracia, tolerancia, libertad y honestidad; aquí radica una parte esencial de lo que será nuestra aportación a la sociedad y en el caso de la Escuela Nacional Preparatoria, como parte de la comunidad universitaria más importante del país, tenemos la responsabilidad de trabajar con adolescentes, una edad donde se aprenden la mayor parte de los valores, porque están comenzando a reflexionar sobre lo que se les enseña en la teoría y en la práctica y también están decidiendo cómo será su actitud futura en la sociedad.

            Sabemos bien que durante el desarrollo de nuestro curso tenemos momentos muy importantes de reflexión compartida con nuestros alumnos, porque cuando sucede algún acontecimiento de importancia política o social, ya sea a nivel nacional o internacional, al primer profesor que acuden a preguntar comúnmente es al de Historia, quieren saber los antecedentes del problema y nuestra opinión al respecto, buscan el diálogo, y son estos momentos en los que mayor cuidado y atención debemos poner, pues al ser una iniciativa de ellos, el conocimiento tiene significado y sabemos, por nuestras clases de Didáctica de la Historia, que el conocimiento que se adquiere para siempre es aquel que tiene significado para el alumno, aquel que toca su propia vida y  que tiene relación con sus intereses personales. Además se deben aprovechar estas oportunidades, pues sabemos que entre más edad tienen los estudiantes, disminuye su interés por preguntar porque temen a la opinión que tengan de ellos los demás.

            Son esos diálogos espontáneos y francos, los que dependiendo de la pasión que nosotros pongamos, los que pueden inspirar y entusiasmar a nuestros alumnos a investigar y reflexionar más allá de lo que se diga en el aula y pueden inclusive convertirse en multiplicadores de conocimientos y actitudes. Es ahí el campo fértil donde podemos dejar semilla e iniciar caminos.

            Debemos tomar en cuenta que no sólo se aprende de actitudes positivas, en este caso los valores, sino también debemos saber enseñar a través de los antivalores, pues los casos de corrupción pueden servirnos de ejemplo para hablar de las consecuencias particulares y sociales derivados de esta mala actitud y en consecuencia promulgarnos por el antónimo que en este caso sería la honestidad como un valor a inculcar y defender.

            Lamentablemente, si pretendo hablar de valores, debo partir de una realidad que pudiera parecer pesimista y exagerada, quizá lo sea, pero no puedo negar los problemas que enfrentamos todos los días. Los profesores necesitamos motivaciones, no me refiero al sueldo como lógicamente podría pensarse, ni a la vocación, sino al valor de la Solidaridad que casi se ha perdido en nuestras Escuelas, debido sobre todo a que algunos de los trabajadores de esta Universidad no están dispuestos a cumplir efectivamente con su trabajo. Las autoridades se quejan del difícil dialogo con los representantes sindicales para exigir el cumplimiento de sus responsabilidades, no hay equidad en el realización de sus obligaciones.

Por otro lado, los alumnos carecen de una cultura con valores que los impulsen a cuidar sus instalaciones, no tienen conciencia de la propiedad colectiva: rayan bancas, muros y vidrios, tiran basura y en los pasillos es muy difícil controlar su lenguaje y sus conductas.  Entre nosotros los profesores, hay mil pretextos para apartarnos de los alumnos, lamentablemente hay carencia de vocación y gusto por la enseñanza, se llega a mostrar un afán por el poder, por un puesto administrativo y cualquier cosa que nos aleje de las responsabilidades en el aula. ¡Perdón!..., pero todo esto existe en mayor o menor medida y por ello considero que los valores también deben extenderse a los demás ámbitos de nuestra Institución.

No es mi propósito amargar este momento del Encuentro, sólo quiero que lleguemos al punto de entender que vivimos una crisis en todos los aspectos de nuestra cultura y que sólo sumando nuestros esfuerzos podremos multiplicarlos en busca del justo equilibrio en el cumplimiento de derechos y obligaciones por igual. Dejando claro que no buscamos una moral falsa e hipócrita sino una con valores contundentes, directos, efectivos y verdaderos.

 Los maestros no necesariamente somos un dechado de virtudes, no somos perfectos ni debemos serlo, pero somos adultos y tenemos vivencias, experiencias y conocimientos que podemos transmitir a nuestros alumnos y si a ello le agregamos un granito de pasión y amor, el resultado será mejor sin lugar a dudas. No soy quien para aconsejar a mis colegas sobre los valores, pero me atrevo a presentar algunas sugerencias, sobre todo a los profesores que se inician en esta noble labor que hoy nos reúne y con ello lograr inculcar valores entre los alumnos.

            Que a pesar de nuestros problemas personales, tratemos de llegar con ánimo a nuestro salón de clases, enseñar con el ejemplo, tratar de ser puntuales, limpios, comprometidos, responsables, serios y confiables y sobre todo poner atención a todos y cada uno de los rostros de esos chicos que ruegan por atención, que en el caos de nuestra sociedad se sienten solos, que quieren ser tratados por su nombre y no por un número de lista o por la ropa que visten. No los discriminemos por el arete, las perforaciones, los cabellos parados o pintados, las pulseras, sus preferencias sexuales, los pantalones rotos o de payasito; mejor atendamos a sus gestos, a su mirada y a sus palabras, que al fin y al cabo ellos también nos regalan enseñanzas y valores.      

[1] Savater, Fernando, Los valores del educador y de la educación en una España democrática, abierta y plural, Ponencia del 2 de marzo de 2002. (Catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid).


 LA GUERRA COMO EJE DE LA HISTORIA
Lic. Magdalena Urueta López

Hambre, muerte, violencia, dolor, injusticia, destrucción, saqueo, epidemias, salvajismo, poder  e imperialismo son palabras inevitablemente asociadas a la guerra. Pareciera cierto lo que dijo alguna vez Emmanuel Kant acerca de que el estado natural del hombre no es la paz sino la guerra porque no existe ninguna generación humana que no haya sido testigo de la guerra. Todo historiador está acostumbrado a la palabra guerra, hable del tema que hable es posible tomar a la guerra como el eje alrededor del cual se sucede la “evolución humana”.

En esta época tenemos la posibilidad -afortunada o desafortunadamente- de ser testigos directos de los horrores de la guerra a través de la televisión. Nos hemos ido acostumbrando a la violencia y esto nos lleva paulatinamente a la tan temida deshumanización que ya nos ha alcanzado. Es normal para nosotros ver ataques, sangre y muerte alrededor de nuestras vidas y aunque la guerra implique la maldad de un espíritu torcido y enfermo de poder, hay quienes la han definido como un arte, el arte del engaño y sometimiento del enemigo. Un general chino[1] escribió lo siguiente:


El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo. Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra el desacuerdo entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.


Como este hombre han existido muchos estrategas de guerra a lo largo de la historia de la humanidad, muchos de ellos idolatrados enajenadamente por los jóvenes de todas las épocas. La guerra, sin embargo, no se limita a lo estrictamente militar, porque hay guerra en los negocios, en los deportes, en la política y hasta en la cultura. La competencia se encuentra en todos los ámbitos y se considera muchas veces como beneficiosa para la evolución, la lucha por la vida misma contra la muerte, es el camino hacia la supervivencia o la destrucción.

La humanidad ha podido constatar que la guerra no es negativa totalmente, pues gracias a ella también hemos tenido beneficios indirectos a través de los avances científicos y tecnológicos que esta ha traído para la humanidad. La guerra puede muchas veces salvar más vidas que las que cuesta, en tal caso tenemos las luchas contra la esclavitud, el totalitarismo, el fascismo, el colonialismo, el imperialismo o el terrorismo.

La guerra también ha servido para lograr los derechos humanos que aún no disfrutamos del todo y por ellos debamos seguir peleando, sobre todo por la libertad en todos sus tópicos y la igualdad de condiciones de vida. Tomemos en cuenta que históricamente hemos llegado a la violencia cuando se han agotado los otros recursos y cuando la desesperación nos alcanza el pensamiento y la existencia. La violencia jamás estará justificada, pero está claro que ni la comunicación, ni las buenas intenciones son suficientes para disuadir al enemigo; hace falta el respeto de los protocolos de guerra, de la legislación internacional, de los tratados de paz y un verdadero comportamiento civilizado que defienda el derecho de los demás.

La guerra se define en términos históricos como la enemistad entre dos potencias, naciones, culturas o pueblos que conduce irremediablemente a un enfrentamiento violento y armado entre las mismas. Los primeros hombres crearon las armas con el fin de sobrevivir, defenderse, conquistar y para demostrar superioridad. Poco a poco y con la organización de sociedades más complejas, surgió la necesidad de mantener fuerzas armadas o ejércitos que defendieran el poder de un Estado, de un rey, de un sacerdote, una clase social o un pueblo.

Las características de la milicia dependen mucho del momento histórico y la cultura a la que esta pertenezca, aunque podemos establecer algunas generalidades: los primeros “soldados” eran sirvientes que protegían a una casta o grupo en el poder, posteriormente hubo culturas en las que la clase militar estaba íntimamente asociada a la sacerdotal y juntos gobernaban. Hubo grupos mercenarios formados por soldados que reciben una paga a cambio de sus servicios como guerreros asesinos del enemigo. La milicia se obtenía también a través de la leva que consiste en tomar hombres de una localidad sin su libre consentimiento para servir a intereses del poder, y actualmente existe el servicio militar voluntario y si la nación así lo requiere, cada ciudadano deberá convertirse en soldado.

Al estudiar la historia nos damos cuenta que la organización política, económica, social y cultural de cualquier sociedad, también tiene que ver con la guerra de alguna forma y así hemos escuchado hablar de la guerra del Peloponeso, la guerra de Crimea, la guerra de los Pasteles, la guerra de Reforma, la guerra de los Cien años, la guerra de guerrillas, la guerra civil, la guerra de Independencia, la guerra convencional, la guerra total, la guerra fría, la guerra sucia, la guerrilla urbana, la guerra de sexos, la guerra a muerte, la guerra del Golfo, la guerra de las Galaxias o la Nueva Guerra... podríamos seguir y repetir mil veces guerra y no terminar de mencionarlas todas.

La guerra es una plaga que azota a la humanidad desde sus primeros tiempos; destruye naciones, culturas, religiones, familias y todo debido a los enemigos que, según Petrarca, el hombre trae como parte de su esencia, a saber: la avaricia, la ambición, la envidia, la ira y el orgullo, defectos que nos han impedido gozar de una armoniosa y feliz paz total.

En nuestros días, lamentablemente nunca pelean personalmente los que han provocado la guerra, ellos no se ensucian, no sufren la muerte de cerca, no huelen la sangre ni la pólvora, no se angustian ni enloquecen,  no ven la mirada de los niños huérfanos con rostros llenos de lágrimas por el hambre y el dolor de la mutilación física y espiritual..., ¡no!, eso no lo verán ni Bush ni Hussein, eso lo vivirán sus soldados, sus mercenarios, sus enviados locos, ignorantes títeres, descerebrados por el sistema y que sólo tienen instrucciones que deben cumplir “en nombre de la patria, del honor, de la libertad, de los derechos humanos”[2], atentando contra los civiles que mueren, aunque se supone son intocables en tiempos de guerra, tocarlos es cometer crimen de guerra como si la guerra misma no fuera ya de por sí un CRIMEN. Esos cretinos magnates que buscan su beneficio personal en las grandes transnacionales son los que verdaderamente provocan la muerte de sus esclavos consumidores.

Esa terrible fiera depredadora se llama hombre, el hombre que ha usado y abusado de sus atributos intelectuales buscando estrategias militares de ataque, creando armas cada vez más letales, ufanándose del submarino nuclear que perdido en el mar llena todo de su inmunda radiación, del carro de combate, de la guerra de trincheras que angustia y animaliza al soldado, de las bombas atómica y nuclear que aniquilan todo lo viviente y lo que ahí pueda nacer en el futuro, de gases tóxicos, de aviones y portaaviones, de armas químicas o biológicas imperceptibles, de minas sembradas que después de varias décadas siguen matando gente inocente y en mayor número a niños y mujeres que salen a trabajar al campo[3].

Que contradicción tan grande hablar de ayuda humanitaria cuando por buscar el control sobre las reservas potenciales del petróleo que tiene Iraq[4], se gastan tantos millones en armas y despliegues avanzados en territorios tan lejanos, provocando la muerte de inocentes. Mientras nosotros los países dependientes y pobres vivimos en la incertidumbre acerca de la forma en que esta guerra nos afectará, sobre todo hoy con tantos tratados comerciales, debidos más que nada a la búsqueda de la famosa economía globalizadora donde desde ya estamos perdiendo por la desigualdad de condiciones de trabajo, inversión y preparación.

En este afán por el poder económico, el planeta y todos los que en él habitamos sufrimos las consecuencias del daño ecológico; los venenos herbicidas que acaban con los bosques, la radiación, el petróleo esparcido en el mar por sabotaje, los bombardeos... todos ellos son los herederos actuales de aquellos mesopotámicos que hace 5 000 años rompían diques para inundar tierras del enemigo.

Hablar de la guerra es hablar de la historia del animal más animal por irracional: el ser humano.





[1] Sun Tzu vivió alrededor del siglo V antes de Cristo, Colección de ensayos sobre el arte de la guerra.
[2] léase con tono irónico
[3] se considera que existen 150 millones de minas sembradas en Asia, África y América Latina, que siguen matando civiles.
[4] según un estudio sobre Hidrocarburos hecha en Italia; Irak constituye la nación con mayor reserva de petróleo para 130 años, le sigue Kwait con reserva para 123 años, los Emiratos Arabes Unidos para 105 años, Arabia Saudita para 81 años y Venezuela para 67 años.



 EL HOMBRE: ¿CONSTRUCTOR Y/O DESTRUCTOR?
Lic. Magdalena Urueta López

El objetivo de reunirnos este día en una actividad intercolegiada, a través de un Coloquio, es para presentar nuestra opinión desde diferentes puntos de vista profesionales, con respecto a la actitud humana en cuanto a construcción y destrucción, y todo aquello que tiene que ver con estos polos de acción. Sinceramente esperaba la presencia en esta mesa de Profesores de las áreas científico-experimentales, pero seguimos siendo los humanistas los más habladores.

Literatura, Sociología, Arte, Historia, Filosofía… Cualquiera de los aquí presentes tendrá una respuesta acerca de ello, cuál más válida por supuesto, porque si por ejemplo nos hablara un ecologista diría que el ser humano destruye cada vez que construye… ¿un inventor que crea una máquina que toma fotografías estará destruyendo el objetivo del pintor?... ¡no!, porque el pintor siguió pintando pero con otro objetivo, no pudo dejar de pintar porque es parte de su naturaleza humana el ser creativo,… expresarse.

Si volteamos la mirada hacia la ciencia, hubo un hombre llamado Albert Einstein que estudió la relación entre masa y energía, sus pretensiones eran sólo científicas y,  sin imaginarlo, desató los peores instintos de los hombres que  gustan del poder… inició una carrera nuclear que en manos de hombres ambiciosos de poder y dominio volcaron un descubrimiento en terror para el mundo, sobre todo de los que no tienen armas nucleares frente a los que sí las tienen…. Los débiles frente a los fuertes y los ricos contra los pobres.

La rueda de la vida está dando la vuelta y la sequía, el frío, los huracanes, terremotos son el resultado… la respuesta del daño que el planeta ha sufrido, sobretodo en esta última revolución industrial… la naturaleza cobrará la factura con fuertes intereses.

El ser humano construye ciencia y destruye ciudades
Construye ciudades y destruye campos
Destruye bosques y construye presas
Almacena agua y mata de sed
Construye conocimiento y destruye fe
Construye fe y acaba con la ciencia

La vida continúa, siempre y cuando exista un equilibrio entre estas dos fuerzas, los mayas lo sabían y lo expresaban en su pensamiento mágico-religioso, el juego de pelota promovía esta lucha eterna de dos fuerzas, hay que morir para vivir. Si en un momento dado la destrucción inclina la balanza hacia lo negativo, entonces todo lo malo sobrevendrá: muerte, enfermedad, guerra, caos. Si por el contrario, mantenemos un equilibrio tendremos un mundo de vida, salud, paz, armonía.

Nuestros antecesores en toda Mesoamérica fueron sabios y cuidaron de la naturaleza, pero la conquista trajo un cambio de educación y conciencia, si bien nos regaló nuevos alimentos y formas de ver la vida, también nos arrebató la moral ecológica y humanitaria, nos introdujo en el mundo capitalista, el de la lucha por el poder político y económico.

Así como en nuestro corazón y mente tenemos esa continua lucha entre el bien y el mal, porque tenemos cuerpo y alma o energía vital, -como le quieras llamar- también nos ha dado la capacidad de decidir si construyo o destruyo. Mi papel como historiadora, en todo caso, no es juzgar, sino comprender y explicar el acontecer diario y milenario de la humanidad.

Si me asumiera marxista creería que la lucha de clases es la única que permitirá una mejor situación entre los seres humanos, pero ningún ser humano sano está dispuesto a morir por otro,… si me duele la muerte de un ser querido, me duele por mi soledad no por la inexistencia de alguien amado…

El  socialismo no funcionó en la búsqueda de la felicidad porque siempre que haya un grupo en una clase social diferente, se llegará –insisto, por naturaleza humana- a la explotación de unos sobre los otros y el sueño del comunismo seguirá siendo lo mismo, una utopía porque no es posible que la igualdad exista, ni siquiera al interior de un grupo pequeño como la familia… explicarlo es tan sencillo como saber que un niño no puede aportar dinero a casa y necesita de protección durante sus primeros años por lo menos, para sobrevivir.

Si me asumo como romántica, prefiero pensar como Erich Fromm lo expone en su libro El corazón de hombre, donde expone el amor (filia) hacia diversas cosas, por ejemplo: hay amor a la muerte y amor a la vida y de aquí nacen las palabras necrofilia y biofilia respectivamente. Los filósofos podrían escribir todo un tratado sobre el amor, los poetas se retuercen de dolor y de gozo alrededor del amor, el artista lo busca en su obra personal y supongo que también los científicos pueden explicar su propio concepto del amor y ¿los políticos?... también ellos sienten amor, amor por sí mismos (narcisistas), amor por el poder, por el dominio y la conquista, por el dinero, etc.

Si lo has notado, tú que me escuchas, existe entonces amor negativo como ya lo habrás experimentado alguna vez y a eso Fromm lo denomina el síndrome de decadencia. Fromm se va al extremo y cree que el ser humano es maligno y destructor,… por naturaleza es un homicida, pero su miedo a homicidas más fuertes lo hacen abstenerse de su pasatiempo favorito. Es aquí donde radica la discusión de la teología; si el hombre puede o no elegir entre el bien y el mal.

            El hombre que presenta el síndrome de decadencia o destrucción, necesita de los corderos para destruir: el cordero es el hombre al que se induce fácilmente a hacer lo que se les dice, aunque sea perjudicial para ellos mismos, son los que siguen a sus líderes en las guerras. La mayoría de los hombres son como niños sugestionables y despiertos a medias, dispuestos a rendir su voluntad a cualquiera que hable con voz suficientemente amenazadora o dulce para seducirlos y persuadirlos.

Las guerras en la Historia de la Humanidad dan ejemplo claro de esta tendencia humana, son consecuencia de la decisión de desencadenarlas por parte de líderes políticos, militares y de los negocios con el fin de adquirir territorio, recursos naturales, ventajas comerciales; para la defensa contra amenazas reales o supuestas a la seguridad de su país por otra potencia; o por la razón de reforzar su prestigio y gloria personales.

El hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro para la humanidad y no el malvado o el sádico. Pero así como se necesitan armas para hacer la guerra, se necesitan las pasiones del odio, de la indignación, de la destrucción y del miedo para hacer que millones de hombres arriesguen la vida y se conviertan en asesinos. Esas pasiones son condiciones necesarias para desencadenar la guerra; no son causas, como tampoco lo son los cañones y las bombas por sí mismos. Muchas veces nos sentimos víctimas del control porque no tenemos poder, ni dinero, ni voz… el panorama se convierte en desesperación…

Pero, si no puedes construir, quizá puedas reparar, cualquiera de las dos actitudes crea armonía alrededor, cuánta satisfacción se siente al obtener algo que nos ha costado trabajo y ¡qué despreciable! nos parece aquello que se obtiene sin ningún esfuerzo. Los artistas han sido constructores de sueños y pedazos de realidad… ¡su realidad!, los músicos, los literatos se asumen como creadores y sin embargo ellos mismos en algún momento han creído en la destrucción de todo, como necesidad para un cambio que parta de la nada, para tener el terreno limpio y llano donde recomenzar.

 Si buscas cambiar el panorama y lograr la armonía hacia un futuro mejor según Fromm, debes educar con cariño, propiciar relaciones afectuosas con otros durante la infancia, permitir la libertad y la ausencia de amenazas, enseñar con el ejemplo y -no con prédicas vanas-, acerca de los principios que nos conducen a la fuerza interior: honestidad, responsabilidad, trabajo, verdad son la fórmula mágica que nos lleva a construir.

Porque la educación no sólo es constructora, si una educación no es crítica, no es reflexiva es también destructiva. Paulo Freire decía: Sanamente loco o locamente sano son las características para hacer algo. Queremos hacer a nuestros estudiantes seres sensibles porque sin sensibilidad, toda la ciencia o habilidades no sirven de nada. Porque prefiero alumnos que tengan razones para vivir y eso sólo lo logra la sensibilidad… los conocimientos serán los que le den los medios para vivir.

Me gustaría alcanzar el propósito de los griegos: que mis alumnos tengan la capacidad de asombrarse al contemplar lo más simple porque el acto de ver no es algo con lo que se nace, debe ser aprendido. Y que mis alumnos nunca se expresen como Einstein: Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi Educación, aunque seguramente se refería a las prohibiciones moralistas, imperativas, amenazadoras… aún así, preferiría que mis alumnos se sintieran en libertad para construir… lamentablemente ya traen “otra educación” que en muchos casos les ha impedido durante 14 o 17 años desarrollar su potencial creativo, hablo de la educación en su casa, con los amigos, en la calle, en la televisión, en los medios masivos, etc.

Hoy nos hablan del desarrollo de competencias, cuando la competencia es destructiva de la unión y la solidaridad, pero nos dicen que debemos hacer chicos competentes para la vida, eso lo acepto siempre y cuando adquieran las competencias para ser sensibles, libres, solidarios, confiados, participativos, honestos, reflexivos y críticos honestos, que sean un creadores intelectuales con afecto para su propias vidas. Debemos involucrarlos y no echar la culpa al Estado y a las autoridades, al medio o a sus padres, sino que sean dueños de su destino y creadores de su felicidad.



COATLICUE
"La imagen inteligible"
("Códice Urueta"), 2013
























NOTA: Pido una disculpa a los autores de tan interesantes interpretaciones iconográficas contemporáneas de la Coatlicue. Las imágenes las encontré a través del buscador de Google y como aparecen en diversas páginas sin el nombre del autor, me fue imposible llegar a sus nombres. Sirva esta nota como un reconocimiento a su trabajo.



EL MITO GUADALUPANO
Lic. Magdalena Urueta López, 2002



(Ponencia presentada en el Segundo Encuentro Académico de Profesores de Historia “México a través de su Patrimonio Cultural” en mayo de 2002)

Como todos sabemos, en la invitación a participar en este Segundo Encuentro de Profesores de Historia, el tema sobre el que aquí hemos versado es México a través de su Patrimonio Cultural y parte de este patrimonio sin lugar a dudas lo constituyen los mitos como bienes culturales intangibles.


Es mi propósito presentarles un breve discurso acerca del mito mexicano por excelencia: el mito guadalupano. La palabra mito es de origen griego y quiere decir “palabra o relato”. Los diccionarios lo definen como:


Un relato popular o literario que cuenta acciones imaginarias de dioses y héroes de la antigüedad, así como el origen y el fin del mundo. En algunas ocasiones los mitos están basados en un hecho real, histórico o filosófico.


Hay que distinguir entre mitos teogónicos (sobre el origen de los dioses); mitos cosmogónicos (sobre el origen del mundo) y mitos escatológicos (sobre el fin o la renovación del mundo).


Según Carl Jung en los mitos se refleja un estadio primitivo de la conciencia humana, anclado en el subconsciente colectivo, al igual que los arquetipos como ideales que contienen la experiencia colectiva del ser humano y los símbolos.[1]


Los historiadores hacemos diferencia entre los hechos que pueden ser probados científicamente y las ideas y creencias que no se pueden comprobar, estas últimas suelen ser agrupadas por su propia naturaleza en el ámbito de la imaginación, la fantasía, la invención, la leyenda, el cuento o el mito.


Tanto el mito como la religión explican causas, el cómo y el por qué del universo, sin embargo los mitos no sólo hacen eso, sino que contienen una moral implícita sin el objetivo de querer imponerla, son simplemente historias que tratan a la vez de vivencias humanas cotidianas y de lo sobrenatural. Cuando la estructura racional de la sociedad se desploma, surge el mito para explicar los misterios de la naturaleza. De esta forma el narrar los mitos llega a ser una necesidad humana.


Los mitos conectan las realidades externas con las esperanzas, deseos y miedos de nuestros sueños y de esta forma dan apoyo y seguridad al hombre. Así confirmamos que el mito es una necesidad humana y como tal es válida su defensa para no perderlo. A ese ser humano que necesita del mito por x causa le puedes dar pruebas de su no existencia y sin embargo seguirá creyendo porque puede mantenerlo en su propia mente y lo revivirá para sí mismo.


La principal consigna para un historiador es escribir la historia como realmente fue, pero esa tarea no es tan sencilla o tan simple como el común de la gente lo cree. Lo que se recuerda, rescata o relata no siempre coincide entre sí, debido sobre todo a la enorme tentación que se nos plantea entre decir lo que exactamente ocurrió o lo que nos gustaría que hubiese sido.


El historiador intenta ser objetivo al presentar los hechos, basándose siempre en los documentos, pero invariable e inevitablemente caemos en la subjetividad porque siempre tendremos que interpretar los hechos, desde el momento que la información pasa por nuestro cerebro. Sin embargo mi tarea aquí es como historiadora frente al hecho mítico, legendario e histórico de las apariciones de la Virgen de Guadalupe e intentaré ser objetiva, al margen de mi propia creencia, separando historia y teología como dos caminos paralelos que nunca se tocan ni interfieren entre sí.


Acerca de este mito han sido muchos los documentos presentados para avalar lo real de las apariciones de la Virgen, de la presencia de su imagen y del por qué y cuándo se les consideró milagro y milagrosa.


El profesor Edmundo O’Gorman en su libro Destierro de Sombras hace un estudio exhaustivo sobre tales documentos, donde confiesa su resistencia a publicar el escrito, porque no quería ofender la fe y devoción guadalupana de su abuela materna. Este problema tan común, que se plantea entre el deber y el querer hacer, lo resuelve pensando que "la fortaleza de la fe es invulnerable a los asaltos de la razón” y siguiendo esta máxima quiero presentar los datos históricos sobre el hecho:


Son varios los documentos históricos, como les decía, que contienen el relato del hecho; unos fueron escritos en el contexto indígena y otros en el hispánico, pero sin lugar a duda el documento más estudiado por ser el más detallado es el conocido como Nican mopohua, escrito en náhuatl por un sabio y noble indígena identificado con el nombre de Antonio Valeriano. Según O’Gorman este documento fue escrito entre el tiempo del inicio de la devoción española a la Virgen de Guadalupe hacia 1555-1556 y el día en que el fraile Francisco de Bustamante predicó su sermón altamente critico al culto mariano en el Tepeyac en la capilla de San José de los Naturales el 8 de septiembre de 1556, denunciando el hecho como un invento, sin especificar de quién o quienes, con el fin de exaltar los milagros de la imagen, que para los franciscanos convertía a la imagen en un ídolo para los indios ya que habían llegado a considerar a la imagen como la Virgen misma, lejos de pensar en la madre de Dios y llegando incluso a desplazar a Jesús en el culto.


El Nican mopohua fue escrito con el único propósito de identificar materialmente la imagen de la Virgen -cuya aparición se relata en ese texto- con la imagen que se había colocado en la ermita del Tepeyac en 1555 “para arbitrarle a ésta un origen sobrenatural”. Aunque según el profesor O’Gorman el verdadero enigma es sobre a quién se debe responsabilizar de haber colocado subrepticiamente la imagen en aquella ermita, llegando a la conclusión de que el más interesado en ello era el 2º Arzobispo de México, el dominicano Fray Alonso de Montúfar quien tenía el fin de renovar en ella el viejo culto de substitución que habían establecido en ese lugar los primeros misioneros franciscanos, llegando así al proceso de transfiguración de la imagen de Santa María-Tonantzin, tenida por los indios por “aparecida” para ellos, en la imagen de una nueva y nunca antes oída Guadalupana, al parecer con el único fin de darle prestigio y apartarla del nombre indígena, dejándola así exorcizada de cualquier tinte idolátrico.[2]


O’Gorman descubre como trabaja la invención de Valeriano, cuando Valeriano habla de una segunda aparición en 1555-56, hace alusión a una primera en 1531, pero resulta que por la discrepancia entre los cómputos calendáricos de los mexicas y los de tradición Azcapotzalco-Tlatelolco, hay equivalencia entre 1531 y 1555-56, a Valeriano, quien no conocía la discrepancia se le hizo más sencillo inventar la primera aparición.


De esta misma manera se van descubriendo incongruencias y equivocaciones en los textos mariofánicos, sólo existe un documento considerado verdaderamente histórico en el suceso: LA IMAGEN MISMA, esa no tiene discusión, ni presenta enigma alguno según O’Gorman, pues fue adjudicada a un indio llamado Marcos Cipac de Aquino, considerado uno de los pintores más famosos entre los años de 1555 y 1568, egresado de la escuela fundada por Fray Pedro de Gante en San José de los Naturales, quien usó un lienzo de factura indígena para copiar un modelo europeo de la Virgen.


Este modelo no tendría nada de excepcional a no ser por los estudios que se le han hecho, es este el momento en que quiero comentarles una información acerca de los estudios que se han hecho específicamente a los ojos de la imagen. En 1929 el fotógrafo oficial de la Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, descubrió la imagen de lo que parecía un hombre con barba que se reflejaba en el ojo derecho de la Virgen, dudó mucho antes de informar del hecho a las autoridades de la Basílica, quienes al enterarse le pidieron guardar silencio. En 1951 el dibujante mexicano José Carlos Salinas Chávez redescubrió lo mismo pero en ambos ojos. Desde ese momento son muchos y variados especialistas, nacionales y extranjeros, quienes han tenido la oportunidad de estudiar la imagen. En 1956 el oftalmólogo Dr. Javier Torroella Bueno, certificó médicamente la presencia del triple reflejo (Efecto Samson-Purkinje) característico de todo ojo humano normal vivo y aseguró que las imágenes se encuentran perfectamente ubicadas en el lugar preciso y la distorsión concuerda perfectamente con la curvatura de la córnea y la distancia de un ojo a otro, posteriormente lo avalaría otro oftalmólogo el Dr. Rafael Torrija Lavoignet.


Finalmente, desde 1979 el Ing. José Aste Tonsmann, quien en ese entonces digitalizaba imágenes para la IBM, realizó fotografías tomadas directamente del rostro de la tilma, las procesó por diversos métodos y no sólo encontró el busto sino un grupo de cuatro figuras en ambos ojos. El Ing. ha estudiado la imagen desde entonces y ha expresado en una reciente conferencia en el Ateneo Pontificio “Regina Apostolorum” de Roma, que la tela con que está hecha la tilma es de fibras de maguey, cuya duración no pasa de más de 20 años y sin embargo se conserva intacta hasta en sus colores desde hace 450 años, aún después de haber permanecido más de un siglo sobre una pared húmeda, entre el humo de miles de velas y manoseada por muchedumbres de indios. El Ing. Aste concluyó ante sus evidencias que “la imagen no ha sido pintada por mano de hombre”, es una instantánea del momento en que ocurrió el milagro de las rosas y algunos científicos norteamericanos afirman que ni siquiera hay rasgos de pintura en la tilma, pero hay color e iridiscencia.[3]


En fin, lo más extraordinario es que en ninguna pintura se ha encontrado algo semejante y los especialistas afirman que nadie hubiera sido capaz de realizar tan delicados y preciosos rasgos en una tela, y mucho menos sobre la burda urdimbre de la tilma. Una miniatura tal, solo podría ser obra de un artista excepcional, que la habría de ejecutar sobre una superficie tan lisa y dura como la del marfil.


Sabemos que sobre la Virgen de Guadalupe no se ha escrito todo, hay historiadores aparicionistas que siguen buscando documentos que avalen el milagro, mientras los otros sólo buscan la verdad, tal y como la pide la ética de la profesión.


Un problema importante para el cristianismo, derivado de este culto, es que no ha desaparecido la idolatría a la que tanto temían los franciscanos, pues vemos año con año la sangre de las rodillas, de los pies y de todo tipo de flagelación que da ese toque indígena idolátrico y pagano, para entregar lo más preciado a Nuestra Virgen Reina y diosa Madre: el sacrificio y la sangre, igual que se les entregó a los dioses en el mundo prehispánico para seguir obteniendo el privilegio de la vida. Es un sincretismo que sirvió a los criollos para sustentar su legitimo patriotismo y fue Juan Diego el instrumento indígena, el lazo entre el mundo antiguo mexicano no cristiano y la propuesta misionera cristiana de los españoles, que avalaría el intenso mestizaje para dar lugar al nacimiento del pueblo mexicano.

A partir de ese momento desaparecerían las profundas diferencias sociales, ante la imagen de la Virgen todos son igualados, mestizos e indios, aristócratas y plebeyos. pobres y ricos, conservadores y liberales.


Este catolicismo ha sido aceptado ya por el Vaticano, siempre y cuando sigamos siendo tan fieles a la Iglesia como hasta ahora. Los mexicanos a decir de Juan Pablo II, “sabemos gritar” y también supimos defender con nuestra sangre a esa religión impuesta, seguimos a un Cura para buscar la Independencia, a otro para hacer nuestra primera Constitución y nos enfrentamos a las armas del Estado para defender hasta la muerte la religión y por supuesto las propiedades y derechos de la Iglesia en la guerra cristera. En toda nuestra historia el patrocinio de la Guadalupana ha entrado con fuerza en los corazones mexicanos y nos ha acompañado en esos días azarosos de nuestra conformación social, cultural y nacional.


El nuevo culto proporcionó fundamento espiritual autónomo para la iglesia mexicana, la Virgen se convirtió en la Madre de América. Todos los grupos sociales y étnicos se unieron a la veneración de la Guadalupana, que representaba a la patria criolla que amaba esta tierra y buscaba apartarse de España, covirtiendose además en factor de unidad nacional. A partir de entonces la imagen sería invocada y expuesta como remedio para las sequías, inundaciones, epidemias, como estandarte de la libertad y hasta como emblema de una reciente campaña presidencial.


“Si, que alguien queme la bandera, que se rían de nuestro himno, que fundan el escudo para hacer monedas; todo lo toleraría el pueblo, pero la desaparición de la Virgen ¡nunca!”[4].


Si la Virgen desaparece, la Iglesia mexicana se quedaría sin madre y el Estado... bueno, ese nunca ha tenido.

 
[1] Cfr. Roberts, Marc. Diccionario del esoterismo, Barcelona, Thassalia, 1998. Diccionario de la lengua española, México, Larousse Planeta, 1994.

[2] O’Gorman, Edmundo, Destierro de sombras, luz en el origen de la imagen y culto de nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac, México, UNAM, 1991.

[3] Aste Tonsmann, José, Los ojos de la Virgen de Guadalupe, un estudio por computadora electrónica, México, Diana, 1981.

[4] Ibarguengoitia, 1981



LA HISTORIA Y TU VIDA

Lic. Magdalena Urueta López


¿La Historia te parece inútil?, ¿aburrida?, y si te digo que es humana y necesaria para vivir. Tu mismo eres historia, estas conformado con una historia personal a través de experiencias, vivencias, accidentes y soluciones que marcan tu vida cotidiana.

La Historia es una ciencia que usan las otras ciencias (bien o mal), porque la necesitan para entender el estado de cosas en el presente, los orígenes y evolución del objeto que merece su atención y estudio. ¿Piensas que puedes explicar cualquier asunto sin recurrir a la Historia?... ¡inténtalo!, verás que no es posible entender nada sin invocar a la Historia en cada acto de nuestra vida personal o colectiva.

La Historia no es algo “ya hecho” e inmóvil, te explicaré: Si yo he leído, por ejemplo la historia de la Segunda Guerra Mundial como la han relatado desde hace 50 años, eso que he leído no es una verdad absoluta, única y total que no pueda cambiarse, porque siempre cabe la posibilidad de encontrarnos con algún documento o vestigio que nos proporcione información contradictoria con lo ya escrito y aceptado por todos. O descubrir que la historia de x acontecimiento ha sido manipulada, truqueada, mal interpretada y hasta utilizada para diversos fines bien o mal intencionados, porque hay tantas historias como hay individuos.

Puedes experimentar tu mismo cómo se hace la Historia, pide a tus compañeros que te platiquen algún suceso del que todos hayan sido testigos y verás que cada uno resaltará diversos detalles, porque su historia personal es diferente; la visión que tiene de la vida, lo que siente, etc., influirá en él para decirte lo que sucedió y aunque tenga toda la buena intención de ser honesto, no coincidirá totalmente con la versión de otro.

Por otro lado, no debemos dejar de lado el hecho de que la historia está íntimamente ligada a un tiempo y un espacio. Volvamos al ejemplo anterior: la Segunda Guerra Mundial no se explica igual en Alemania que en los Estados Unidos de Norteamérica, por la sencilla razón de que fueron enemigos y por lo tanto también sus intereses. O cuando se habla del estallido de la bomba atómica en Hiroshima, los japoneses tendrán una reacción muy diferente a la de los norteamericanos, por razones obvias. Con ello pretendo que veas que aunque el acontecimiento fue el mismo, los espacios y las circunstancias en que se vivió el suceso: ¡no! …y eso hace la enorme diferencia.

En cuanto a la cronología: piensa en un chico que nació el mismo día y hora que tú, pero él nació en África Central, las culturas de ambos son muy diferentes, tienen otra historia, otras necesidades y aunque vivan el mismo tiempo, su historia es diferente y sus expectativas hacia el futuro serán otras.

Como adolescente, estudiante de Preparatoria podrías caer en el error de creer que todo lo que hoy tienes y haces, es lo máximo, lo mejor que ha sucedido en la Historia de la Humanidad, porque así es el pensar de la gente que tiene tu edad, pero cuando el tiempo te alcanza, descubres que vienen otros, y que en muy pocos años, ellos también pensarán como tu piensas hoy, pero tu ya pensarás diferente… todo este discurso que puede parecer absurdo, viene a colación porque la historia trata de esos cambios personales, colectivos, tecnológicos, de pensamiento, de visiones y… de vida.

Lo que tu disfrutas de manera natural el día de hoy, ayer fue el sueño de alguien que se desveló trabajando, que se empobreció, que luchó y que murió para que tu lo tuvieras, ¡ah!, y no creas que lo hizo por ti, lo hizo por él mismo, porque es parte de la naturaleza humana, el soñar, experimentar, buscar, dudar, luchar y conseguir todo lo que se pueda alcanzar.

Hay cosas y hechos que la Historia explica, otros que no ha podido dilucidar y unos más que jamás logrará desentrañar, pero el ejercicio de la Historia no debes entenderlo como un cúmulo de acontecimientos aburridos, lugares, personajes y fechas que no te interesan, ni te “sirven para nada”. La Historia forma individuos y colectividades, permite conocerte a ti mismo y a tu entorno, es una herramienta para desarrollar habilidades como la reflexión y la expresión. Y para un buen profesor de Historia, es el medio que le permite formar jóvenes con valores ante la vida, su familia, su comunidad y su nación, pero con la comprensión de sí mismo como parte de la humanidad.

La Historia es lo que te conforma día con día. Si viste la película de Kung Fu Panda, habrás reparado quizá en lo que dijo el maestro Shifu a Po: “el pasado es Historia, el futuro es misterio, el presente es un obsequio”, esa es la mejor lección que un maestro de Historia te puede dar, el hecho de que tu entiendas que la única manera de incidir en el pasado es a través de tu presente, porque sólo eso es lo que tienes en realidad y la seguridad de que naciste para morir… de esta forma concluir que debes disfrutar de manera feliz y honesta esta vida, sin perder el tiempo, ni caer en una filosofía triste o fatalista.

Hay que aprender de cada día y hacer que cada instante valga la pena de ser recordado, para no tener que perderse en el olvido. ¡Nunca pienses que el final es final final, porque muchas veces es el inicio de lo mejor!... y como dijera el poeta Jaime Sabines (†) ¡Házte un pasado feliz!




LA INQUISICIÓN DEL ARTE o
LA IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA DEL ARTE
Lic. Magdalena Urueta López


No se dejen llevar por prejuicios sobre la palabra Inquisición, aunque en realidad también se vale, porque el arte ha sido sometido a juicios, como si fuera indispensable explicar algo que te provoca una emoción que culmina con lágrimas de incredulidad ante tal belleza, como si el pintor Miguel Ángel, la bailarina Isadora Duncan, el actor Charles Chaplin o el mismo Mozart y todos los virtuosos del arte, tuvieran que justificar su vida y sus actos. Inquirir significa averiguar, indagar, examinar, escudriñar y todo eso se ha hecho alrededor del arte, sobre todo en tiempos de crisis humana, cuando -como hoy- lo más “importante” es el dinero, dinero para algo tan básico como comer o para algo tan banal como tu nuevo par de zapatos que se suman a 30 pares que ya tienes.

El propósito de este escrito es compartir con ustedes algunos puntos de vista que he encontrado aquí y allá en mi interés por la Historia del Arte, en el contacto con artistas y en el disfrute de todas las artes. El arte es una virtud humana que ha resistido frente a la adversidad; en el mundo capitalista y globalizado ha perdido espacio, y se le ha presionado para someterse al mercado, corriendo el riesgo de que en el afán de querer vivir del arte, se convierta en mercancía envilecida y deshonrada… a propósito y acomodándome a las ideas de Carlos Marx: el artista debe ganarse la vida para hacer arte, en ningún caso hacer arte para ganarse la vida.

Existe arte porque existe ser humano, ninguno sin el otro y todos los días aparece alguien en el camino que me pregunta estúpidamente ¿qué importancia tiene el arte?... es el reflejo de lo que hay en tu alma, de lo que hay en tu existencia física, del mundo que te rodea, el arte es pasión y camino… estoy consciente de que no es lo mismo hablar del arte frente a los artistas que manifestarlo frente a los científicos, aquí puedo hablar de pasión y sanación a través del arte, de trascendencia y deseo de expresión, de necesidad…. Es trabajo y descanso, es amor y odio, es belleza y fealdad, es obsequio y mercancía.

El ser humano necesita contar con algo que le alivie el alma, que dé salida a sus impulsos, no es sólo el goce por el goce, es cuestión de crear: danzar, cantar, pintar, esculpir, escribir, actuar, ser uno en uno y en mil. Tu, artista, creas tu propio mundo, un cosmos material con lógica y poesía que te regala momentos metafísicos donde eres un loco fuera de la realidad, pero has creado un universo como a ti te gusta y ¿qué saben los demás acerca de lo que sientes?

Un artista crea con su esencia, con el alma, el sentimiento, a decir de la bailarina Duncan, crea con su interior… el amor del artista por el arte, rebasa su propia existencia y no permite que nada ni nadie sea un obstáculo en sus necesidades de creación. El arte es exploración de los sentidos, es reflexión del creador que siente a través del pincel, a través del cuerpo, del oído, de la visión, de la voz y la expresión… es su modo de ver el mundo a través del filtro que constituye su saber teórico y vivencial.

El arte es libertad de espíritu, ensueño, escape y refugio, ¿no te has preguntado si esos que no entienden ni valoran el arte, son los esclavos de una ideología, de un sistema económico o político, de la ciencia y la tecnología, de la moda?, ¿será que tienen miedo a la responsabilidad que implica ser libre?, dicen por ahí que cuánto más elevados son los valores, más dura es la lucha. Las humanidades y las artes -hoy más que nunca- lo sufren.

Cuántos entienden que el arte también constituye un intento por llevar al espectador a la reflexión, que el arte es crítico de lo social, de la tecnología, de la política, de doctrinas y por otro lado, también ha sido utilizado para ensalzar valores, actitudes, ideologías. El arte modela conciencias, pero hay que ser valientes para contestar a los inquisidores que el arte no tiene porqué servir, es independiente de toda finalidad, es libre y debe serlo, el artista no debe perder esa libertad de crear, porque con ello -a decir de Kant- perderían la libertad de pensar y de comunicar… ¿dónde quedaría la creación, recreación y multiplicación del arte?

No es posible establecer históricamente cuándo comenzó el arte, hay muchas corrientes de pensamiento al respecto, pero yo creo que el arte inició como una manifestación del hombre por representar lo que sus sentidos captaban, lo que la energía del cuerpo le inspiraba, lo que sus necesidades corporales y espirituales le exigieron y en el momento en que ese creador de pintura rupestre, de estatuillas femeninas decide dar un toque especial o busca que “se vea bonito”, a partir de cánones específicos de belleza, para que lo que veo, toco, escucho y saboreo me proporcione satisfacción emocional -al grado del éxtasis-, es entonces, cuando el ser humano comenzó a hacer arte.

Como todos los grandes conceptos, el arte es motivo de juicios, pensamientos y reflexiones filosóficas, creo yo que todo lo que es magnífico no tiene porque justificarse… simplemente es, existe y está. Históricamente hablando no puedo apartarme de él, porque el ser humano está íntimamente ligado a la creación y a la creatividad, el arte y el hombre van de la mano a través del tiempo y del espacio, correspondiéndose en un amor mutuo, tratando de permanecer y de dejar huella de su paso y así, trascender juntos.

Sin embargo, nos han hecho creer que estamos tan mal, que tenemos que justificar cada día de nuestra existencia, la profesión que hemos escogido, hablo en plural porque aunque yo no sea artista, soy humanista y para aquellos detractores de la existencia curricular del arte, tengo una respuesta basada en estudios científicos, realizados en diferentes escuelas norteamericanas, incluida una de artes en Boston, a través de un año de intensos estudios, pruebas y entrevistas, la información comparativa arrojó los siguientes resultados :

El arte permite el desarrollo de hábitos bien identificados y comprobables: La persistencia, expresión, conexiones claras entre la teoría y la práctica, a través del arte, nuestros estudiantes se entrenan para mirar, desarrollan la prevención y solución de problemas a través de la creación de imágenes mentales, habilidad indispensable para el inventor, el historiador, el novelista.

El arte también provoca la innovación, reflexión y sistematización del pensamiento. Para un alumno de arte es más fácil analizar, juzgar y replantear problemas y proyectos.

Las artes restablecen el equilibrio y la profundidad en los sistemas educativos, lo cual se puede comprobar a través del desarrollo de múltiples habilidades.

De esta manera, cada ámbito del arte está íntimamente ligado a desarrollar ciertas habilidades y capacidades mentales relacionadas a su vez con los sentidos y la realización de acciones concretas, el aspecto indispensable en la enseñanza de las artes es entonces llevar siempre de la mano a la teoría y a la práctica, no separarlas porque sólo así logramos el equilibrio humano y la tan anhelada sensación de libertad.

Si un ser humano no recibe ninguna educación artística, se verá limitado para sentir, mover su cuerpo y desarrollar diversas habilidades intelectuales. Será un simple reproductor de esquemas, sin propuestas ni iniciativas porque no desarrolló la creatividad, es decir no pretendemos que todos sean creadores, pero sí que todos desarrollen la creatividad, porque lo importante a desarrollar en nuestros estudiantes, es el proceso creativo.

A través del estudio de las artes, formamos personas con tal sensibilidad, que les permite elevar el espíritu, conocer su yo interno sin ataduras o enajenaciones, sino con un amplio criterio.

La vida no se puede disfrutar sin el alimento de los sentidos y las bellas artes están íntimamente ligadas a todos nuestros ellos y alimentarlos, nos permite una existencia plena y en equilibrio.

La música, por ejemplo, nos permite la concentración. A través de escuchar música nuestra mente navega y logramos profundizar en nuestra interioridad, también despierta el sentido del oído y esto nos hace más perceptivos; y cuando la escuchamos en forma melódica nuestro sentido del ritmo se agudiza.

El teatro y la danza hacen más ágil nuestro cuerpo, nos permiten la comprensión de los ritmos y nos llevan a la tan necesaria catarsis cuando el cuerpo se suelta libremente, están ligadas al arte de la seducción y a los ritos tribales.
Indudablemente, a través de la pintura, el ser humano expresa sus emociones y su estado de ánimo.

Las artes igual que la ciencia, se desarrollan y actualizan continuamente y la Historia las considera propiciatorias de mentes rebeldes, esas que logran los cambios, que inventan y buscan, igual que un científico en el laboratorio, que practican y aplican la teoría cotidianamente.

Para el profesor de actividades estéticas y artísticas no sólo es el proceso de creación y creatividad, sino la obra misma que continuamente sufre los embates de la Inquisición, de la condena, el juicio, la defensa y la lucha. Propongo que seamos nosotros los que ahora les preguntemos: ¿Quién eres tu para desacreditar o avalar si una obra de arte es o no lo es, si es necesaria o no?, si sólo somos pasajeros del tiempo y del espacio, ¿que si existimos o morimos, no cambia gran cosa en el Universo? Propongo también, que mientras existamos hoy, aquí, no bajemos la guardia para defender la práctica y la teoría del arte, porque es una característica que nos define y diferencia frente a los animales.

Para concluir sin más, a esa pregunta necia y pueril: ARTE ¿por qué? he de responder de manera rebelde e imprudente –como suelo ser- porque sí, porque me place, porque quiero; ¿para qué?... para mí y para el que quiera… y cada uno responda a su manera… ¡Gracias!
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1. http://www.boston.com/news/globe/ideas/articles/2007/09/02/art_for_our_sake/Ellen Winner es un profesor de psicología en la universidad de Boston. Lois Hetland es profesor asociado de la educación artística en el Massachusetts College of Art. Ambos son investigadores en el Proyecto Zero en la Escuela de Graduados de Educación de Harvard y co-autores, con Shirley Veenema y Sheridan Kimberly, de `` Studio pensamiento: los beneficios reales de Artes Visuales de la Educación ", publicado este mes por el Teachers College Press.

2. Nancy Morales Dosque. La importancia del Arte en el ser humano.




EL TRADICIONAL DULCE MEXICANO
Puedes ver toda la presentación con imágenes en:
 http://www.slideshare.net/magda200803/dulces-mexicanos-4013943


Los antiguos mexicanos que vivieron en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles ya preparaban algunos de nuestros dulces típicos, mezclando frutas, semillas, algunas especies y miel. También se utilizaron las bondades del aguamiel que se extrae del maguey, la melcocha obtenida del jugo de tuna concentrado y del mezquite, que mezclados con el maíz, cacao y la semilla de amaranto, se originaron dulces como el pinole, el chocolate y la alegría.

La mayor parte de nuestros dulces típicos están elaborados con frutas autóctonas, pero a la llegada de los españoles, los conventos fueron cuna de varios de estos dulces, pues las monjas combinaron las costumbres culinarias europeas con las indígenas, dando como resultado esas exquisiteces que conocemos como dulces típicos mexicanos que los europeos degustan en los restaurantes más finos.

Los mexicanos aportamos la calabaza, el chilacayote, el coco, el cacao, la tuna, el maíz, el amaranto y los españoles trajeron la caña de azúcar, la leche y el huevo. Los principales ingredientes de los postres actuales en México llevan frutas, leche y canela. Con todo lo anterior se logran esas magníficas canastas que llevan colores y sabores tan mexicanos y mestizos como nosotros mismos.

Hablemos un poco de la historia de los principales ingredientes:

EL CACAO.- Hacia el año 600 d. C., los mayas establecieron las primeras plantaciones de cacao en Yucatán. Hacia el año 1000 el cacao ya era utilizado como forma de pago en América Central. Las semillas de cacao fueron utilizadas como unidad de cálculo, por ejemplo Un zontli equivalía a 400 semillas de cacao, mientras que 8000 semillas equivalían a un Xiquipilli. Entre los aztecas existió una leyenda que decía que Quetzalcóatl regaló a los hombres el árbol del cacao que daría vigor y poderes beneficiosos a quienes lo consumieran.

Tanto aztecas como mayas tomaban el chocolate sin azúcar, respetando su fuerte sabor amargo natural, fueron los europeos quienes lo endulzaron

En el año 1502, en su cuarto viaje a América, Cristóbal Colón descubrió el uso del cacao como moneda en Nicaragua, pero no le dio importancia, pero en 1519 Hernán Cortés probó la bebida de cacao pero no le agradó porque se bebía sin dulce. Más bien le interesó que fuera utilizado como pago porque inmediatamente ordenó su cultivo en plantaciones, porque de esta forma él estaría sembrando y cosechando el dinero prehispánico.

En 1609 apareció en México el primer libro escrito exclusivamente con el tema del chocolate y en 1657 un francés inauguró la primera tienda de chocolate en Londres. En 1697 en Bruselas se bebe con leche y dulce. Ya a finales del siglo XVII empieza a aparecer en Alemania y Federico I establece un impuesto a la importación de chocolate en 1704, habría que pagar por el placer de degustar este producto exótico.

Mientras en México, las monjas carmelitas del Convento de Santa Teresa, tenían prohibido tomar chocolate por su fama de “inflamador de pasiones” y las novicias del convento entre otras cosas debían prometer lo siguiente: “hago voto de no beber chocolate ni ser causa de que otro lo beba”

Sin embargo, Europa entró con entusiasmo al consumo del chocolate y en Italia adquirió fama hacia 1720, pues las confiterías ofrecían chocolate en Florencia y Venecia, impusieron la moda que copiaron en Francia, Alemania y Suiza., en 1810 Venezuela se convirtió en el primer productor mundial de chocolate y España en el consumidor de la tercera parte de la producción total del producto. En 1819 Suiza tiene la primera fábrica de chocolates y en 1879 Rodolfo Lindt de Berna produce el primer chocolate que se deshace en la boca.

En 1900, Alemania se convierte en el país que más chocolate consume, seguido de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Suiza, éste último comienza a obtener galardones internacionales por sus creaciones en chocolate con diversos sabores, formas y presentaciones. Actualmente también se cultiva en algunas regiones de África.

EL AMARANTO.- Se cultiva y se utiliza desde hace 7000 años en México, era la principal fuente de proteína y fue parte fundamental de la dieta prehispánica con el frijol y el maíz. Entre los aztecas se otorgaba como tributo al emperador, quien recibía 20 000 toneladas anuales de 17 provincias. Es una planta que resiste a épocas de sequía, se adapta fácilmente a diferentes climas calientes, templados y tropicales, crece rápidamente y requiere menos agua que el maíz. Además de la semilla, la planta se usa como legumbre y los tallos y las hojas verdes pueden comerse cocidas con sal.

Fue considerada una planta sagrada por sus colores vivos e intensos tanto en hojas como en las espigas. Estuvo ligado a las leyendas y al ritual religioso. Las mujeres molían la semilla y la mezclaban con miel de abeja, de maguey o sangre humana y le daban formas de serpiente, pájaros, montañas o dioses, que luego se comían durante las ceremonias en los grandes templos o en reuniones familiares como símbolo de comunión con sus deidades. En 1530 Fray Martín de Valencia le agregó miel y se cuenta que gustó tanto a los indígenas que comenzaron a bailar y cantar, por eso se le llamó “alegría”. Pero su uso ritual pagano continuaba y esto repugnó a los españoles, quienes prohibieron su cultivo y uso, por ello disminuyó su utilización y en algunas regiones se perdió.

El maíz y el frijol se convirtieron en los básicos y el amaranto quedó en el olvido. Actualmente se está recuperando y su cultivo se concentra en Tlaxcala, Morelos, Distrito Federal y Puebla. También se cultiva en Oaxaca pero sólo para autoconsumo. En América Latina, Europa y Nepal.

Es una planta que merece ser recuperada pues posee en cantidades importantes nitrógeno, fibra cruda, proteínas. Contiene más del doble de nutrientes que el maíz, el arroz y el trigo. Además contiene abundantes minerales como el potasio, sodio, magnesio, zinc, níquel y hierro, al igual que vitaminas del complejo B y vitamina C. Por si todo esto fuera poco, las hojas de la planta poseen más propiedades nutritivas que las acelgas, col y espinacas.

LA CAÑA DE AZÚCAR.- Es uno de lo cultivos más viejos del mundo, inició como un césped en Nueva Guinea y de ahí se extendió a Borneo, Sumatra e India. El proceso del azúcar más antiguo que se conoce data del año 3000 a. C., una de las leyendas dice que los antepasados del hombre se generaron de un tallo de la caña. Fue Cristóbal Colón quien introdujo la caña de azúcar a América en su segundo viaje en el año de 1493, pero las primeras que se lograron fueron hasta 1501, pronto fue un éxito en Santo Domingo, el caribe y América del Sur. A partir de la época colonial y hasta nuestros días es el principal edulcorante utilizado en le elaboración de los dulces tradicionales mexicanos. Los otros edulcorantes se obtienen de la remolacha y la miel de abeja.

LECHE.- En la época del mesolítico, hace 5000 años el hombre estaba dejando la caza y la recolección para dedicarse a la agricultura y a la cría de ganado. Cuando descubrió la ordeña la vida se transformó, pues la leche de vaca se convirtió en parte importante de la alimentación. Entre los antiguos hebreos, la fortuna de una persona se valuaba según la leche que producían sus vacas, las cuales fueron identificadas como deidades entre los caldeos y los egipcios. Pero sobretodo en la India adquirió mayor rango, dominó la vida social y se utilizó como pago a médicos y brahmanes. Los himnos védicos cantan alabanzas a la leche.

El hombre aprendió a transformar la leche para conservarla y consumirla de diferentes formas, pronto se vieron sus atributos de fortaleza y vida para el ser humano. Los europeos trajeron ganado vacuno a América y la leche se afianzó en nuestro mestizaje, enriqueció nuestra alimentación y le dio mejor sabor.

EL MAÍZ.- Es originario de América y fue alimento básico e las culturas americanas. Los hallazgos arqueológicos nos permiten saber que en el valle de Tehuacan se cultivaba el maíz hace 4600 años aproximadamente. El origen de la planta es un misterio pues no se ha encontrado aún un antecesor directo de él, tanto es así que la planta no existiría si el hombre no la cultiva, es decir, no se le encuentra en ninguna forma silvestre. Muchos mitos prehispánicos hablan de la importancia del maíz y en nuestros días el mundo depende de muchos millones de toneladas de éste cereal que no puede existir sin el cultivo. Un tipo de maíz antiguo se ha encontrado en cuevas mexicanas y data de hace 7000 años. A partir de la década de los 30 en el siglo XX el proceso de hibridación ha permitido una mayor producción.

El maíz fue básico en nuestra alimentación como pueblo prehispánico y en nuestros días no podemos hablar de nuestra dieta diaria sin maíz, es simplemente inconcebible.

CALABAZA.- Planta originaria de nuestro país que se cultiva principalmente en el Distrito Federal, Puebla, Estado de México e Hidalgo, igual que el maíz fue alimento básico en nuestra dieta prehispánica, actualmente es una de las verduras más consumidas, tiene un alto contenido en fibra, igual sirve para guisados salados y enchilados, que para elaborar deliciosos dulces como la famosa calabaza en tacha para las fiestas de muertos, el calabazate y sus semillas son consumidas a diario, muchas veces sin saber que puede ser remedio contra los parásitos intestinales.

HUEVO.- Los celtas, griegos, egipcios, hindúes, chinos y japoneses cuentan este alimento desde sus principios, lo han considerado germen de la creación del Universo, ha simbolizado la fecundidad y se ha tratado como alimento revitalizador. El huevo más consumido es el de la gallina, es abundante y común a la dieta humana en la actualidad gracias a la facilidad en la domesticación de estas aves.

Es importante cuando se piensa en la repostería y dulces mexicanos.

Finalmente, no podemos dejar de lado el coco que ha sido considerado originario de las Islas del Pacífico y que hoy se cultiva en todas las regiones tropicales.

En México no hay celebración sin dulce apropiado para la fecha: posadas con piñata, llena de frutas y colaciones; cuaresma con capirotada; navidades con buñuelos; día de muertos con calabaza en tacha y calaveras de dulce, chocolate y amaranto, entre otras festividades.

La dulcería es una añeja tradición mexicana con raíces prehispánicas que sumadas a las coloniales, hace de los mexicanos, golosos dulceros. Por ello es importante que exista nuestro mercado central de dulces que está ubicado a un costado de la Merced, sobre avenida Circunvalación. Tiene 150 locales en 12 pasillos. La dulcería es de tradición familiar, por ello cada local es propiedad de una familia y se dan casos de que los dueños de diferentes locales son parientes entre sí.

Aquí encontramos no sólo golosinas con edulcorantes artificiales, sino también nuestros tradicionales dulces mexicanos, elaborados con imaginación y creatividad, hechos con frutas, nueces, semillas, cactáceas, aprovechando todo lo que nos ofrece la naturaleza. Podemos encontrar las alegrías hechas de amaranto, las pepitorias, elaboradas con pepita de calabaza, las palanquetas hechas con nuez o cacahuate, los macarrones de leche azucarada, cocadas, diversos dulces de leche, jamoncillos de pepita, acitrón, tamarindos enchilados dulces y salados, charamuscas estiradas, trompadas rompemuelas, frutas cubiertas y cristalizadas como la calabaza, chilacayote, higo, piña, naranja, tuna y limones rellenos de coco. Crujientes morelianas, jaleas, obleas, peladillas y cajetas.

Sé que ya te hice agua la boca y ojalá prefieras consumir estos dulces naturales que los elaborados con materias artificiales, para ello sólo agregaré una breve descripción de estas delicias.

Dulce cristalizado: fruta fresca bañada varias veces en azúcar hirviendo hasta quedar como una deliciosa joya.

Dulce de leche: Macarrón.- tronquitos de dulce hechos a base de leche y azúcar envinada. Mostachón.- besos de dulce de leche envinado y adornado con nuez.

Dulce de coco: Veladora.- dulce hecho a base de coco rayado fino con sabor de vainilla o limón, horneada. Barra dorada.- rayado fino de coco natural, sin saborizantes, horneada con o sin pasas. Barra de nuez.- pulpa de coco molido, mezclado con nueces y sabor a maple horneada. Yemitas.- Bolitas azucaradas de pulpa de coco, tres veces molida con sabor de anís, fresa, piña y durazno. Rompemuelas.- Pirámides de coco, molido grueso, con semilla de amaranto, ajonjolí y piloncillo.

Alegrías: semillas de amaranto tostadas, unidas por miel de azúcar.

Palanqueta: crujiente cacahuate tostado, mezclado con piloncillo.

Los dulces tradicionales mexicanos tienen historia, son historia, son patrimonio y cultura, aquí lo importante es la familia y la tradición, el cuidado y el orgullo de ofrecer el dulce mejor elaborado, más colorido y alegre. Dicen nuestros tecnócratas que no habrá rincón que no sea tocado por la globalización, yo ruego a Dios que el carnaval de colores y sabores que ofrecen nuestros dulces mexicanos no se pierda. Consúmelos con medida y gusto y no los dejes perder.


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ALTARES Y OFRENDAS PARA LOS MUERTOS
Lic. Magdalena Urueta López


Elementos imprescindibles para recibir a las ánimas:

Cada uno de los siguientes elementos encierra su propia historia, tradición, poesía y más que nada, misticismo.

El agua. La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.

La sal. El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.

Velas y veladoras. La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza. Es guía con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de estos en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.

Copal e incienso. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.

La flores. Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí, la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños. En muchos lugares del país se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa. la flor amarilla del cempasuchil (Zempoalxóchitl) deshojada, es el camino del color y el olor que trazan las rutas a las ánimas. Flos de cempasuchil significa en náhuatl “veinte flor”, efeméride de la muerte.

El petate. Funciona para que las ánimas descansen así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.

El izcuintle. Lo que no debe faltar en los altares para niños es el perrito izcuintle en juguete, para que las ánimas de los pequeños se sientan contentas al llegar al banquete. El perrito izcuintle es el que ayuda a las ánimas a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán.

El pan. El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar.

El gollete y las cañas. Se relacionan con el tzompantli. Los golletes son panes en forma de rueda y se colocan en las ofrendas sostenidos por trozos de caña. Los panes simbolizan los cráneos de los enemigos vencidos y las cañas las varas donde se ensartaban.